Mientras que los productos de hace décadas solían diseñarse centrándose en la funcionalidad, la tecnología de hoy en día está muy influenciada por tener un enfoque en la experiencia del usuario (UX).
La idea de que los productos deben aprender de sus clientes fue puesta en práctica por primera vez hace 25 años por Don Norman, de Apple, Inc. Defendiendo este nuevo enfoque de un diseño más interactivo en el que el usuario final se convirtiera en un participante activo en la creación de un producto.
Una experiencia de usuario bien diseñada es fundamental para el éxito de cualquier producto del entorno digital actual. Puede ser una de las herramientas más importantes para conducir a los usuarios a lo largo de un embudo de ventas, desde la atracción hasta la consideración y la toma de decisiones de compra. Sin embargo, muchas veces los desarrolladores pasan por alto un elemento muy importante que deben tener en cuenta hora de diseñar productos digitales, el desarrollo de una API. Es posible que un producto digital sin suficientes integraciones de interfaz de programación de aplicaciones nunca pueda cumplir con su potencial y tampoco ofrezca una experiencia de usuario óptima.
¿Qué son las integraciones de API?
Pocas aplicaciones, si es que hay alguna, no se encuentran comunicadas entre sí. La mayoría de las aplicaciones generan y procesan datos que finalmente están destinados a otra aplicación. Una forma de comunicar datos entre dos aplicaciones es pasándolos a través de una API definida. Esto significa que la aplicación receptora dispondrá de toda la información necesaria, incluido cualquier contexto o filtro necesario antes de mostrar lo que se ha enviado, para que ambos usuarios tanto emisor como receptor puedan aprovechar al máximo todas sus capacidades y entender cómo funciona la conexión de distintos sistemas o aplicaciones.
Cuando dos elementos diferentes de software necesitan comunicarse entre sí, hay dos formas de hacerlo:
- Hacer que el usuario ingrese manualmente los datos de una aplicación a la otra.
- Hacer que las aplicaciones se comuniquen entre sí, sin intervención adicional del usuario.
La comunicación entre las distintas aplicaciones es esencial para que la experiencia de usuario sea exitosa y sin ningún problema. Por ejemplo, Rappi no se habría convertido en el éxito que es hoy sin una solución de pasarela de pago sofisticada que les permita a los usuarios realizar un proceso de pago automáticamente.
El código que permite a Rappi recibir y procesar automáticamente la información de pago se llama API. Este protocolo define las formas en que dos aplicaciones pueden comunicarse entre sí. El proceso que luego lleva a cabo el código se llama integración API.
La información de la tarjeta de crédito del usuario se envía a través de una API cifrada, lo que significa que nadie más puede obtener una copia de esta. A continuación, el proveedor de pagos envía estos datos a Rappi para que los procese antes de enviar las facturas por correo electrónico, que aparecen al instante después de cada compra.
Integrar una API para automatizar tareas repetitivas y flujo de trabajo establecidos, les permite a las empresas realizar tareas importantes optimizando el tiempo de sus funciones cotidianas.
¿Cómo encaja la integración de una API en el diseño de la experiencia de usuario?
La mayoría de los desarrolladores verían la integración de una API como una disciplina de back-end y el diseño de UX como un asunto de front-end. Pero la división tradicional entre desarrollo front-end y back-end puede no ser una distinción tan buena. La integración de estas dos áreas crea experiencias de usuario sin fisuras dentro de un ecosistema digital, creando una experiencia mucho más fluida, lo que en última instancia conducirá a un aumento de las tasas de conversión.
Los usuarios no ven ninguna diferencia entre el front-end y el back-end de un producto. Su prioridad número uno es resolver un problema, y lo que ellos buscan es saber si tu producto los resuelve o no. Cuantos más problemas resuelva tu producto sin requerir trabajo adicional por parte de ellos, a más usuarios les gustará tu producto.
Mediante el uso de una API, el producto digital puede automatizar lo que de otro modo sería una transacción manual y no hay interrupción de la experiencia de usuario. Esta es una de las formas en que una integración agiliza los procesos para los usuarios. Prácticamente no hay límite para el número de utilidades y transacciones digitales impulsadas por una API. Una empresa puede automatizar pagos, introducir datos para tener un análisis en tiempo real o solicitar automáticamente datos complementarios de otros servicios a los que están suscritos los usuarios.
Conoce como un flujo de procesos integrado puede optimizar hasta 15 horas semanales.
¿Cuándo integrar una API para mejorar la experiencia del usuario?
No siempre podemos implementar una API para todas las posibles contingencias de los usuarios. Pero el diseño de una experiencia de usuario para tus clientes ofrece una valiosa manera de evaluar la decisión de implementar una integración con un software de terceros.
En primer lugar, se debe mapear la experiencia de usuario actual de tu producto digital o tu sitio web tal como está. Luego, debes prestar atención a los pasos que requieren información adicional por parte del usuario. Si existe otra fuente digital para los datos de entrada, es muy probable que la integración de una API pueda automatizar ese paso de una manera efectiva. Después de esto se debe generar el mismo enfoque para los datos que entregan los usuarios en el sistema. ¿Tu producto genera datos de usuario destinados a ser utilizados en aplicaciones de terceros? Si es así, es posible que puedas configurar un canal automatizado para comunicar esa información de una manera óptima.
Tener un control total de la información no es la única ventaja de integrar una API en productos digitales, a pesar de ser la más utilizada. Puede haber casos en los que los procesos de tu producto funcionen mejor cuando se informen datos de terceros, por ejemplo, una tienda que se encuentre en un ecommerce, dependa del stock de un determinado producto. Debes hacer una revisión minuciosa de las distintas oportunidades de tener la integración de una API con distintos sistemas, esto te generará múltiples oportunidades de mejora en tus operaciones donde además las automatizaciones puedan optimizar la experiencia de tus usuarios.