Cuando desde el futuro se analicen con detenimiento los factores económicos y empresariales que arrojó la pandemia del COVID-19, definitivamente un indicador que saltará a la luz como uno de los principales será el del trabajo remoto. ¿Cuántos de nuestros cargos fueron adaptados para poder realizarse desde nuestros comedores, salas o recamaras?
Las medidas para mitigar el contagio del Coronavirus no sólo mutaron a la mayoría de las empresas en el mundo, también modificaron nuestras rutinas y calidad de vida a nivel social y familiar. Pero el trabajo remoto no sólo tendrá estas consecuencias conductuales, la posibilidad de laborar de manera no presencial ha abierto una posibilidad no explotada anteriormente. El reclutamiento de personal para operar en cualquier parte del mundo desde cualquier país. Las diferencias en los costos de vida y legislación laboral entre país y país siempre han condicionado la migración y la circulación de enormes cantidades de personas sin condiciones legales de empleo en búsqueda de nuevas oportunidades laborales y mejor calidad de vida.
El trabajo remoto permitirá ofrecer los talentos y servicios de profesionales al mejor postor, independientemente de donde se encuentre ubicado. ¿Qué consecuencias traerán estas prácticas? ¿Mejorarán las condiciones laborales de los ejecutivos ante tal apertura del mercado? ¿Las personas dejarán de arriesgarse a abandonar sus países por mejores oportunidades ahora que podrán hacerlo desde una computadora? Todas estas son preguntas que tendrán respuestas paulatinas en los próximos meses.
Las empresas deben conocer estos factores y considerarlos en sus estrategias a corto y mediano plazo. La preparación y capacitación de profesionales será un punto clave para continuar siendo competitivo y empleable, ahora que no se compite por un puesto de trabajo con las personas que viven en tu ciudad, tu país o inclusive tu continente.
Quieres conocer más de Awtana, ve nuestro nuestro Podcast en su temporada 2020 con Omar, Dayana y César debatiendo sobre cuánto cuesta a las empresas incorporar a los extranjeros y los beneficios que esto conlleva. ¿Cuánto de ese intercambio cultural hace crecer a las empresas? ¿y a sus colaboradores?, desde lo más simple, la forma de saludarse en las mañanas y la forma de relacionarse, hasta temas más complejos como la forma de resolver los problemas y asumir los retos de nuevas tecnologías... Los beneficios pueden ser muchos más de los que hoy día las empresas se dan cuenta.